Filosofando de Viaje
Mirando el campo me inspiro y pienso cuanto nos despeja viajar. Empezando por el ritual de organización la semana anterior a nuestro viaje, comenzamos a armar nuestra Vida en función de esos días de desconexión con lo rutinario (aunque nos guste o estemos adaptados a esa rutina) queremos dejar los papeles, el trabajo, la facu, la escuela, la casa, las mascotas y, si es posible, hasta nuestro cansancio atrás y en perfecto orden esos días anteriores a poder irnos. Ponemos expectativas, soñamos con lo que vamos a hacer (independientemente de que después lo hagamos o no) pero por sobre todas las cosas anhelamos ese tan preciado descanso. Estar en Paz... Como mencioné al comenzar estás palabras, siento una fuerte inspiración al estar aunque sea simplemente contemplando el campo. Lo verde. Mi tan amada Madre Natura. En esa contemplación aparecen los animales, los pueblos y de igual manera el folklore de vehículos, las pequeñas casas solas con hectáreas de espacio y clubes de campos