La extenuante tarea de elegirme
Hace exactamente un año atrás, recuerdo estar en el que había sido mi primer departamento de soltera (así me gustaba llamarle), pensando: Qué voy a hacer de mi vida? Debido a varias circunstancias, muchas, por no decir todas mis estructuras se habían movido... Me sentía totalmente perdida. No sabía qué hacer con mi formación profesional (artística y espiritual), no entendía para qué me había metido en eso si aún no me recibí de mi carrera anterior; la situación económica de mi familia, mi empleo, mis amigas, el chico que me gustaba... Todo iba encaminado a un caos cada vez más grande. No lograba encontrar la claridad en nada, de hecho, sentía que pensarlo era peor, que me metía todavía más en ese terreno pantonoso. Recurrí a cantar mantrams y hacerme la que no importaba nada de lo que estaba sucediendo... Me mentía a mí misma, pero tampoco funcionaba. Pasaban los días... Las cosas no sólo no cambiaban como yo quería, sino que empeoraban (desde mi punto de vista).